Casi se muere
corriendo. El maicillo se le metió por las patas y le hizo perder el equilibrio,
pero logró seguir adelante. Las cinco amigas con las que andaba habían caído en
una posa unos metros más allá. No sabía qué hacer, si salvar a una, no sabía a
cuál o si salvarse a si misma. No había mucho tiempo. El oso hormiguero estaba
cerca.
1 comentario:
biennnnn!!!
pero qué maravilla levantarme un sábado por la mañana, inspirada, (no) poder hacerme una taza de café y con alegría sentarme en mi escritorio a escribir...
pero antes,
antes me meto al blog, a rescatar unas letras... y me encuentro no con una... con dos entradas nuevas!
sólo puedo decir...
que viva la vida <3
Publicar un comentario