jueves, 17 de abril de 2014

Tatuajes




ALQUIMIA DEL VERBO


A mí. La historia de una de mis locuras.


Desde tiempo atrás me vanagloriaba de poseer todos los paisajes imaginables,
y me parecían irrisorias todas las celebridades de la pintura y la
poesía modernas.


Gustaba de las pinturas idiotas, ornamentos de puertas, decorados, telas
de saltimbanquis, enseñas, iluminadas estampas populares; la literatura
pasada de moda, latín de iglesia, libros eróticos sin ortografía
, novel as de nuestras abuelas, cuentos de hadas, pequeños libros
de infancia, viejas óperas, estribillos bobos, ritmos ingenuos.


Soñaba cruzadas, viajes de descubrimiento sobre los que no existen
relaciones, repúblicas sin historia, guerras de religión sofocadas,
revoluciones de costumbres, desplazamientos de razas y de continentes: creía
en todos los encantamientos.


¡Inventaba el color de las vocales! —A negra, E blanca, I roja,
O azul, U verde.—Regía la forma, el movi m ie n to de ca da
conson a nte, y , con ritmos instintivos, me jactaba de inventar un verbo
poético accesible, un día u otro, a todos los sentidos. Reservaba
la traducción.


Al comienzo fue un estudio. Escribía silencios, noches, anotaba lo
inexpresable. Fijaba vértigos.


Fragmento "Una temporada en el infierno"

En estos momentos extraño tu olor, tus nuevos tatuajes, tu dulzura y a la
vez tu locura y parquedad. Extraño el vino tinto de tus labios, la
escritura dentro de una escritura mayor: la buena música, la libertad,
las sonrisas y los paseos en tu auto que nunca hicimos...


Extraño hasta los besos que no me gustaban, babosos y demasiado encantados,
extraño tu frialdad y la calidez con que me mirabas... y cuando decías
que mi sonrisa iluminaba tu pieza completa mientras hacíamos el amor...
la música previa, póstuma y la mejor de todas: la del desayuno, junto a
café aún más amargo que las ganas de salir corriendo de tu departamento a
las 7 am.


Ahora que han llegado los días fríos, tengo nuevamente ganas de acurrucarme
en tu cama, y ver una película aquel domingo que no llegó nunca para
nosotros: escapé antes de que ello ocurriera.


Quiero de regreso la prieta y el pebre, y añoraba profundamente ordenar tus
libros en un estante, mientras reíamos y leíamos y yo hacía euritmia en
una imaginación.


No te llevé nunca al bar del amor desamor. Es que te entregaste muy rápido, o te fuiste muy lento... 

Perdóname por huir... (creo que) volveré. Someday

2 comentarios:

Anónimo dijo...

oh! tuve un lapsus extraño.

Me encanta!

hay que huir, run out, left everything behind.

Anónima dijo...

ahora recuerdo que de una u otra manera J Stone siempre aparece cuando aparece el impostor.

y también Rimbaud.