lunes, 5 de abril de 2010

sonámbulos



Que feas son las lágrimas dijo la niña antes de despertarme en un avión averiado.
Me desperté y pude ver a mis padres pero a la vez a mi curso; LOS SERES AMADOS. Estábamos en un avión. Estaba llena de cajas por todas partes, aplastándome, cuando escucho que una de las tú era la más aplastada de todas. El avión estaba MAAlo, nos llevaban al lado del jungloso aeropuerto donde arreglaban todo, mi padre enojado, yo enojada con un poco de miedo pensando como nos meten en semejantes maquinas maLAS.
Es que cuando nos bajamos y desesperada pero terrible y calmadamente recorremos esa construcción llena de luces ya recorrida en otro sueño dentro del mismo. Yo me preguntaba y me decía que me había quedado dormida al subir al avión, un sueño dentro de otro. Corríamos esas carreras inútiles contra el tiempo, la mediocridad y el adormecimiento de los personajes para conseguir otro vuelo, mis padres mientras yo dormía dentro del sueño habían hablado con un tipo que les había mentido y estafado… habían conseguido la llave que activa y desactiva las escaleras mecánicas. Corríamos para todos lados preguntábamos cosas que me parecía inútiles, la construcción iluminada estaba media cerrada, y con cada piso que subíamos o bajábamos cambiábamos de país, es entonces cuando sentados en el suelo para hacer un picnic fuera de lugar le dije a mi madre que esto no existía, esta maldita y lenta cosa con luces y ella me decía que había tenido mucha junta loca, por respetar. La gente se enojaba por la gran pero físicamente pequeña llave, unos ingleses malhumorados. Al final no sé como pero entrábamos o íbamos hacia el oriente por el pasillo del lugar en el que he estado despierTa. Y ahí veía muy a la pasada en el trote intentando correr y seguir y desesperar permanentemente la LIBRERÍA faMOSA. Que bella que se veía. Luego en un patio oscuro, alternativo, hippie, de izquierda y que parece que era un restorán. Veía a la niña. También estaba fuera de mi colegio, que es verdeee, nuevos prof habían… que al final… eran de siempre, miedo superficial. Hablaba de sus peces que se encontraban en el escritorio ya más que vegetales, diciendo deprimida al preguntarle si les tiraba agua a los peces que TODAS SUS MASCOTAS SE MORÍAn… le decía que todo el mundo se está muriendo, todos nos estamos enfermando, los gatos de la niña lacrimosa se habían ido hospitalizados que estábamos todos con resfrío. Despedidas fuera del colegio y gente que existe, pero que quizás aún no conozco o que se vaya todo por el río y no existen, ancho largo? Y que hago ahora: mezclo con lo vivido horas atrás, lo sobre-vivido, lo aprendido, lo adoptado, lo actuado y lo sobre-actuado pero lo peor de todo ESTo es PERMITIR con dureza y poniendo en riesgo, PERMITIR hacerlo, permitir la mentira que vivía en mi y PERMITIR las auto falsedad, déjame ser.
Conversaciones de las cajas del avión averiado, de que una de las tú pero jamás yo llevaba muchas, la voz de aquel sonando, explicando, la flor azul diciendo que nos íbamos con la luz prendida hasta allá, porque los barcos era no sé como, que esto era casi una serpiente que iba por el mar, diciéndoselo al… impostor y el respondiendo con esa sumisa y baja voz… yo no quería luces, quería relajo en la oscuridad (obscuridad cuestionada hace unas horas).
Un computador con mensajes bizarros, estaba todo manchado con tinta, mi pantalón blanco era manchado con mis manos y teñido en el fondo y dejándose ver de un azul. Blue jeans, Levis (r)ecuerd(o). No podía, no pude y creo que aún no puedo responder al que feas son las lágrimas, o al yo también me siento mal o al mensaje que me había dejado “hoy pensé en entregarte algo pero…” y a la manchada pantalla y al mensaje cortado y coartado también… el sonido que hacen las teclas. Y cuando apareciste y las cosas de la UI y que venían los parlamentarios y que no me acuerdo que más, y eran dos la virtual del pasado y la verdadera. No sabía a cual hacerle caso, pensé en escuchar a la que me hablaba a mi. Esas lagrimas colectivas y contemporáneas que ambas teníamos. Pero la imagen de “el muerto” que había visto horas, mas temprano, ocupaba el lugar, ese lugar de fondo de imagen que hasta ahora había tenido Spinetta. Luego en medio de todo el caos y la desesperación de volver a leer la conversación en la pantalla llena de tina azul y roja me desperté al fin con la vibración de mi celular. Y descubrí mientras contestaba, abrumada, que todo era un sueño, o eso pensaba.
Justo hoy hace unas horas atrás, nos pasaron el surrealismo.

Todo comenzó a eso de las seis de la tarde del jueves en el avión averiado.
Todo comenzó con la clase de lengua (perdón literatura, es que con este profesor siempre está presente la lengua)
de esa mañana.
Todo comenzó con todo lo que soñé.
Y ahora que damos fin al comienzo pero que ya no alcanza ni para el comienzo del final…
lo único que nos queda es… volver a soñar






utopías. Podría decir que utopías (que uno mismo hace que lo sean, que no sean realidad).















Suena una canción de fito… al lado del camino.



recuerdos de los
clientes frecuentes de mi sonambulismo.

1 comentario:

pastora dijo...

chuta

tanta cokina junta, me marea :D :P

jajaja