ni tú ni él ni ellos... ni nosotros

No quiero rogar ni robar por más cariño, más comprensión, mas contención, más amor. No quiero desperdiciar la energía en intentar ni en crear, solo quiero creer y disfrutar. No quiero seguir en este eterno trance del tranqueo interno inexorable, no quiero crecer ni creer ni crear más. Sólo quiero hacer, reaccionar, actuar, no pensar. Quiero vomitarte todo lo poco aprendido en la cara, no eres nadie para mi sin embargo me dueles. No sé porque hay algo que me sigue diciendo que me esfuerce, pero yo no soy nada y tú no eres nada para mí. Ya no quiero verte más y tus palabras me ahogan, no puedo tenerte más no puedo observarte más EN QUE MOMENTO nuestra conversación ya no fue mas fluida EN QUE MEMENTO me tragué este dolor y lo cancigenaricé y los que nos llevamos bien con los unos con los otros no nos soportamos es la ley de la vida y las lágrimas ya ni corren porque no les da la gana : te echo de menos pero no quiero verte porque no me atrevo, no me atrevo a vernos para darme cuenta que sigo atrapada en lo mismo y que sigo sin poder dar el paso y algo tan simbólico y poco significativo sigue marcando mi vida ya nada me impresiona ni me divierte demasiado no se quien eres y menos quien quiero ser cuando estoy contigo. Pronto se fuma la esencia y se esfuma el dolor: ese cariño que nunca fue vuelve con más nostalgia pero menos fuerza, vuelve con más intensidad pero menos pasión. Voy a vomitar invalidez e impávida voy a dejar que hagas todo lo que no quieres hacer. Esto ya es una mezcla de veinticinco cosas a la vez y no tengo idea a quien le hablo. Supongo que a ninguno porque nadie es lo suficientemente importante como para que yo lo crea así. La vida de algunos esta tan resuelta y la mía sigue con paradigmas e historias que contar. Me vuelvo a encerrar en el túnel de la vida y siento que no avanzo, solo persigo y retrocedo. O son ellos o son yos multifacéticos. Juro que me duele la guata sin embargo esto no se queda así para siempre. Es tan simple como terminar con la situación de una frase y media adelante, aunque eso signifique viajar al futuro en unos cuantos años más cuando verdaderamente todo este colapsado. De a poco, dicen algunos. La conversación que nunca fluyó, que espera ser removida y tener replicas identitorias a mitad de la cosecha, pero es el peligro el que escurre más que cualquier otro razocinio hambriento. Es el quizás de un rechazo el que punza dentro de mí y me doy cuenta que ya no queda más a que aferrarse. Detesto a la gente y es exquisitamente soberbio no soportar a la multitud. Aunque internamente, siempre seguirá siendo solo una vergüenza y una envidia más.